Mejora la identificación de los pacientes con mayor riesgo nutricional
El COVID-19 (enfermedad por coronavirus 2019) es una enfermedad causada por un virus llamado SARS-CoV-2 (Coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2) y fue descubierta en diciembre del 2019 en Wuhan, China. Desde su primer caso confirmado se han notificado un número muy alto de casos infectados y muertes en 215 países y territorios de todo el mundo.
Los síntomas más frecuentes del COVID-19 son respiratorios, muy parecidos a los de un resfriado, influenza o neumonía; entre ellos tos y/o fiebre y/o dolor de cabeza. Y se acompaña de al menos uno de los siguientes: Dolor o ardor de garganta, ojos rojos, dolores en músculos o articulaciones (malestar general). Los casos más graves tienen dificultades para respirar. El COVID-19 puede afectar a otras partes de su organismo además de sus pulmones y sistema respiratorio.
Afecta a todas las personas, sin distinción de edad o sexo, pero se observa una mayor gravedad de la enfermedad en personas mayores, embarazadas y personas con alguna enfermedad previa como cáncer, diabetes o hipertensión.
Los pacientes que tienen infecciones moderadas a graves secundarias a COVID-19 tienen un riesgo significativo de presentar desnutrición. La presencia de desnutrición está asociada a mayor estancia hospitalaria y peores desenlaces clínicos en el paciente; por lo tanto es importante realizar un tamizaje del riesgo nutricio y realizar una intervención nutricia oportuna y adecuada. Se estima que 6 de cada 10 pacientes que ingresan a hospitalización presentan algún grado de desnutrición.
Conocer la composición corporal al ingreso y durante la estancia hospitalaria es un elemento clave que debe incorporarse de rutina en las evaluaciones de pacientes con COVID-19 con el fin de establecer intervenciones con base en los resultados obtenidos que impacten en la mejoría del paciente. InBody s10 puede ser de utilidad para identificar a los pacientes con mayor riesgo nutricional, al dar a conocer una información detallada de la masa muscular de los pacientes y la cantidad y tipo de grasa corporal que predomina en el paciente.
Además, brinda otros parametros de interés clínico como la tasa de edema y el ángulo de fase que actualmente ya se ha estudiado en esta población y que se ha propuesto como factor pronóstico de mortalidad en pacientes críticos (un menor ángulo de fase se ha relacionado con una mayor mortalidad).